Sunday, October 24, 2004

Thoughts in a sad night of rain

Hoy llovio sobre mi alma y los recuerdos se empaparon otra vez de tí. Trato de escaparme pero no puedo, te encuentro en cada esquina, en cada respiro y en cada parpadeo mio. No se como sacarte de mí. Eres una pequeña gran espina que desangra las rosas rojas de mi alma y cuando te pienso simplemente me alejo de mí, soy como el líquido que se desliza por debajo de la puerta, silencioso, débil y sin miedo, ese que entra en las memorias llenas de amor etéreo, que están un poco polvosas manchadas del amor que no supiste valorar.
Cada vez que veo a la ventana la palomilla de la luz, me dice que no volveras y las grietas de humedad muestran el hueco entre tu y yo. Afuera sigue lloviendo y las gotas una a una humedecen mi pobre corazón de papel.
Desde que te fuiste no hago más que contar las aves que pasan, soñando que una de ellas traira en su pico lo que un día fuimos, me paso horas, días, semanas, me pasé la vida entera, esperando algún un viento que trajera tu olor, tu aroma o un suspiro con tu aliento. Me dejaste en nada, te llevaste todo, incluso a mí, pero el recuerdo sigue firme.
Toda la ciudad duerme y mi amor por tí aun sigue latente, despierto y con la energía del ayer.
El tiempo cuelga de mi cuello y una eternidad son mis ojos proyectando tu refelejo. Me gusta esa mirada que jamás se fijo en mi persona, adoro esas manos que lejos estuvieron de tocarme y aunque sigas tu camino lejos de mí y no retrocedas para echar un último vistazo a lo que dejas, te adoro a tí.
He tomado la pluma más de quinientas veces, la mojo en la tinta y por un extraño arte sin razón lo único que se dibuja es tu nombre. Al papel le cala tu presencia e imagino que algún día nos encontraremos y que ambos estaremos esperando una reacción, mandaré los compromisos para el 15 de noviembre por decir una fecha, la puedo seguir postergando; igual que a mi agonía.
Me he autodiagnosticado locura y una que otra vez me receto medicamento, te busco en las farmacias y te encuetro solo en mí.
Y la lluvia corre... escapandose de la tormenta, de la vida, del frío. Sigue hacia abajo como yo al sumirme más en ti. Somos tan parecidas; fuertes, fragiles, negras, transparentes, fugitivas y con tantas ganas de rozar una piel.
Esta lejos el cambio de estación pero si me mudo me mudo contigo, te guardaré en mi caja de recuerdos para sacarte y admirarte después. Te pongo junto al gato que mataste y sobre la fotografía que te robe, ahí en ese sitio te tengo bien clavado y aunque llegue la mudanza y llegue otoño tu y yo estaremos juntos.
La lluvia ha parado y el ruido en mi cabeza también, te busco entre mis escombros con los recuerdos bien intactos, me encuentro a mí y congenio bien con la mitad que me faltaba.

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