Tuesday, September 27, 2005

Dudas ácidas me carcomen el alma, no se qué hacer y la angustia es tal, que no he dejado de llorar.
Quiero una señal para saber si esto es verdadero.
Hoy me visto de gris para acentuar mis penas

Thursday, September 22, 2005

Vacios secos son los que duermen conmigo cada noche después de los ataques de pánico y de tristeza que me dan por tu ausencia. Tengo tantos sueños ya cansados de luchar contra mi obsesión y son pocas las horas en las que logro conciliar momentos de lucidez, los que aprovecho para vendar las heridas aún latentes de mi intrépida fortaleza. Y es que hay veces en las que quisera salir corriendo y arrancarme la cabeza de un solo portazo para así mínimo tener una extremidad corporal menos con que pensarte.

Con la O en la que convergen mis catarsis nocturnas

He decidido purgarme por completo para quitrme esta intoxicación de tus besos, sin embargo, aún no encuentro el método indicado. Sé que será tal vez con el tiempo, o con alguna otra boca que sepa humedecer esos rincones que jamás buscaste. Mi alma.

Monday, September 19, 2005

Hoy no me he preocupado por cómo lucen mis senos tras la blusa,
hoy no me importa ya como se ve mi pelo medio esponjado.
En lo único que pienso, es en volver a tomparme con esa mirada impúdica y esos labios de aguamiel.
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Poco a poco despacito te adueñas de cada espacio libre en mi piel

Sunday, September 11, 2005

Varias veces intento perderme en los abismos de mis letras, para refugiarme de la realidad y agregar poco a poco una que otra vocal a tu infinito nombre.
Me tropiezo con acentos, con comillas y puntos suspensivos que me alejan fuertemente de las sombras, de mis ansiosos deséos locos de palparte, de plasmarte.
En ocasiones me dan ganas de abortar tu recuerdo para darle un eterno descanso a mi existencia, pero se que si lo hago jamás volveré a vivir, a sentir, a tener esa cálida espinita que le da movilidad a mi mente y a mis dedos.





Donde quiera que estés, te mando partículas evaporadas de amor y de vida.

Monday, September 05, 2005

Me cepillo lentamente la tristeza cuidandome de no rasgar los delicados momentos de alegría que se anudan por montones en mi nuca, se van quedando enredados entre las cerdas, finísimos hilos de recuerdos que colecciono por motones para hacerme una almohada y descansar en los sueños efímeros de tranquilidad y sonrisas.
Me corto el cabello cada luna llena y ayuno los siguientes tres días preparandome emocionalmente para recibir de nuevo los martirios que se llaman como tu. Y es que por más que intento, la homeostasis entre mis costumbres y tu vida jamás podrá ser. Y es que por más que quiera mi piel sigue mudandose para que la tuya reaparezca entre mis poros.