Thursday, December 30, 2004

nada de nada

Me rasco la conciencia y entre mis uñas hay pedazos tuyos, sonrio un poco pensando en que después de mañana será otro año más de calvarios y de presiones para el corazón.
Tu piel aún no acaba de mudarse de mi cuerpo y ya son 6 días sin saber de tí, ya es casi un lustro de agonía y un segundo de pensarte.
El cuerpo que ahora escribe es el mismo estúpido disfraz que te besó, las mismas ganas de abrazarte y el deseo de matarte.
Debo de lograrlo, debo de exprimirme el alma y pedir perdón por amarte.

Saturday, December 11, 2004

mundo onírico

Buscando entre mis trozos de vida, te encontré, detrás de una flor, junto al viento. Estabas débil e impreciso pero aún así te moldeé, te hice crecer.
Hubo momentos en los que me creí perdida. Es duro no tenerte y el día que me faltes dejaré de existir. No solo eres indispensable en mi vida, sino en la de todos. Por favor no permitas que te deje ir con la corriente.
Me robas una sonrisa cada vez que te pienso, cada vez que recuerdo las tardes frías, los días de sol o el escueto momento en el que te apareciste.
Me alegre estar completa de ti porque así sé que tengo un camino por delante. Has estado presente desde que tengo razón, si así se le puede llamar al echo de presenciarte.
Cada vez que jugaba a ser la reina del escenario, cada vez que lloraba por algo no logrado, cuando sonreía, cuando comía helado, cada vez que hacía calor, cada vez que un niño jugaba, o cuando deseé una casa, 6 hijos y un caballo, cada vez y cada vez y ojalá lo sigas estando.
Eres ya como mi esencia, ¿por qué que sería yo sin ti?.......sin un sueño

Monday, December 06, 2004

Lecciones de última hora

He aprendido que el tiempo no sana heridas y que el alma a veces arde. También, que el eco de tu aliento se escucha cada vez en el silencio y que por más que intente es inútil educar al corazón.
He aprendido que una sonrisa no es reflejo de felicidad, sino un eructo del alma. A defenderme de mis propias garras y a ser fuerte
para soportar el peso que me dejó tu partida.
He aprendido a dejar de morderme los labios una y otra vez para quitarles el sabor a ti, a olvidarme de los sueños y enterrarlos en el patio trasero de mi almohada. También, a regar las flores del vecindario con cada lagrima y a tratar de no pensarte cada día.
He aprendido a no quitarme uno a uno los cabellos y a no desear tu olor cada vez que me haces falta. A no alterar mis sentidos cada vez que oigo tu nombre.
He aprendido finalmente a dejar de ser quien soy para que el sentimiento tome mi lugar.