Monday, December 25, 2006

Necesito un cuerpo virgen y terso que me cure esta licantropía, una lengua que humedezca mi agrietada piel, una compañia cálida, menos gélida que esta cautivante soledad.
Necesito deshechar una y mil veces este frio que solidifica mi ganas, estas ganas tan insistentes de sentir un cuerpo humeante casi o más que el mío.
Necesito de esa luna menguante, tan mística que despierta en mis adentros ansias locas de revolcarme entre los montes, deseos insasiables de rellenar mis entrañas con calor, con ardiente leña que hierva mi insípido semblante de muerta.

Necesito una brutal voz que me grite dulcemente al oido por mi nombre, una voz que me diga que no hay más sentimientos agigantados que los mios; una voz que me diga que yo soy yo y que necesito perderme en el mundano territorio del pecado.

Monday, December 11, 2006

Llevo casi dos años queriéndote en silencio, apegada fielmente a las cinco extrañas sílabas de tu último nombre. Te llevo atravesado en la línea media de mi cuerpo; y se que ves el mundo en otro color, tu color.


A veces quiero indagar en la fluctuante vastedad de mi esencia, para buscar uno que otro motivo que me ayude a borrarte, pero me es imposible, ya que éstas ahí aferrado más que yo a mi misma. Eres único, mi único y no único como los únicos comunes; sino digno portador de tan singular adjetivo.

Te llevo caminando delante de mí, mientras arrastro mis tímidas ganas de besarte, mis tímidas ganas de robarte una mirada; y es que sé, que caminamos juntos, yo rozando la locura, y tú, propiciando más mi ruina al alejarte poco a poco de mis oníricos deseos de que seas mío.

Eres mi deseo…