Inyectar un poco a los adormecidos olvidares pasión y odisea, para que las partituras dejen de castañetear los flojos cascarones de mi nación .
Luego colgarte al cielo poético y silencioso, que burlándose de los obscenos resortes anecdóticos te contiene quemado.
Ayer, mi tendencia a escoger los tonos más vivos, me hizo recordar tus historias y mostrarselas a todos, como si fueras un manto café de Cavalli.
En las galerias de mi vida estoy lista para el panteón, corro al árbol y no te dejo ir, te guardo en mi caja de madero, aquella en la que te llevaste mi aliento.
Debato una y mil veces para guiar al mundo y no dejarte descansar en el hotel de paso porque en mi cabeza no hay lugar disponible para turistas.
Apasionantes componentes entre razas se parecen a tí, sustancias nitrogenadas.
Y en lo más solitario de la tarde me sabes a degradación de la lactosa por calor.
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