Tengo tantas ideas en la cabeza, tantas palabras que quisiera escribir para desahogarme para sacarme el dolor que llevo dentro, pero a pesar de tener tanto aquí guardado, me es imposible plasmarlo porque contarlo sería revivir todo de nuevo, sería clavarme una vez más las mil y una espinas en el centro de mi corazón. Ya no se como decir que te amo tanto, que me duele hasta el infinito que te hayas ido y que aunque no quiera te lloro por dentro cada anochecer; no se como decir ya, que lo que me queda de ti son mil recuerdos. Me queda tu aroma impregnado en cada inhalación de este aire, están los cientos de partidos de futbol que veias por las tardes en mi sala, ¿y qué decir de la salsa guardada en la despensa que ponias cada vez que comias algo?, me quedan también las canciones dedicadas, los abrazos cálidos en los rincones de la cocina, y las gelatinas frias esperandote en el refrigerador. Y esque hay un grito que se desliza por mi garganta al teclear cada letra de este abecedario, es el llanto el que escribe tras mis dedos muertos porque ya no aguanto estar así, ya no aguanto cada día que pasa. Se hace intermniable esta agonía y aún no encuentro la respuesta para el olvido. Tengo miedo, tanto miedo y de muchas cosas que no puedo ni siquiera enumerarlas, no se si esto ya perdio el sentido porque hay tanto en mi cabeza y en mi alma que no se como acomodarlo no se darle orden a esta historia tuya y mia, si historia porque ya es pasado.
No se si insultarte, si gritarte, si decirte que te extraño, que todavía te necesito, si sacar el coraje a golpes, si llorarte todo lo que me he aguantado. Necesito amputarte de mi, necesito deshacerme de tu escencia que me cala porque así ya no puedo vivir. Y ver que tu eres tan normal, que actuas indiferente, ojala pudiera ser como tu en cuanto a eso porque en lo demás prefiero mil veces ser como soy, sincera, sin dañar a nadie y centrada.
Quisiera que supieras tantas cosas, cosas que no pudimos hablar, que no pude decirte, cosas que ahorita me hieren demasiado, quisiera que supieras también la lista de adjetivos que te tengo preparada y a estas alturas a punto de finalizar esta última oración no por falta de ideas, no por falta de ganas sino por presencia de tristeza quisiera que supieras que cambiaste mi vida como pocos lo han hecho. Y aquí termino no por terminar sino porque las lágrimas que escurren debajo de mi pelo desaliñado no me dejan ver más la pantalla. Quizá algún día continue con esto, con esta tarea de sacarte por completo o de seguir amandote.