Monday, September 05, 2005

Me cepillo lentamente la tristeza cuidandome de no rasgar los delicados momentos de alegría que se anudan por montones en mi nuca, se van quedando enredados entre las cerdas, finísimos hilos de recuerdos que colecciono por motones para hacerme una almohada y descansar en los sueños efímeros de tranquilidad y sonrisas.
Me corto el cabello cada luna llena y ayuno los siguientes tres días preparandome emocionalmente para recibir de nuevo los martirios que se llaman como tu. Y es que por más que intento, la homeostasis entre mis costumbres y tu vida jamás podrá ser. Y es que por más que quiera mi piel sigue mudandose para que la tuya reaparezca entre mis poros.

2 comments:

Cabeto said...

Y reaparecerá, echando raíces gordas y fuertes...

ddmmaa said...

Recuerdo ciertos episodios, cierta costumbre. Cada vez que "toco fondo" suelo buscar unas tijeras, un espejo, luego corto el cabello, lo que haya.