
Hoy tengo frío
Y aquí estoy...
Me gusta mi jardín por las noches.
El fresco que llena de temblor la oscuridad,
El verde que se ve palpitante a la luz del foco y de la luna;
El tenue pero marcado sonido de grillos y el leve contorneo de las hojas de limón.
Se logra ver el cielo, azul, profundo.
Se respira la tierra mojada repleta de plantas que nacieron solas sin preguntar.
Se siente por segundos, soledad, inmensidad.
La tierra me habla con un murmullo fantasmal
Y mi cuerpo se va llenando poco a poco de polvo de ti.
Por ayer, por hoy y por siempre.
Para regalar/te/nos:
- un millón de abrazos sin fin
- besos al modo que tu quieras
- risas
- momentos que no se borrarán
- mis brazos para sostenerte
- paletas de esas que tanto te gustan
- canciones
- noches de diversión y excesos
- mis oídos, mis ojos, mis manos
- viajes por aquí y por allá
- mi cuerpo
- palabras
- memorias
- amor
- mi confianza
- noches de frío para ver películas bajo una cobija
- comidas rápidas en cada oxxo o en cada esquina
- secretos entre nosotros
- datos curiosos que te sorprendan
- las ganas que tengo de estar contigo
- mi cuerpo
- nuestro rinconcito
- el no irme jamás
- lo que me queda por vivir
- mis logros
- una piedrita
- la camioneta que tanto quieres
- mañanas despertando junto a ti
- la certeza de que un día todo será genial
- mis sueños
- una noche prometida en Paris
- un perfumito de coco
- mi persona
Muchas cosas por darte/me/nos y que se que algún día se podrá. Ese día llegará. Te regalo la promesa de que siempre estarás presente y que otro sentimiento igual no habrá, la promesa de estar ahí. Te/me regalo entera. Y la vez te agradezco todo (esto)
Para ti
De ella
Quisiera abrazarte por siempre y ver tu piel morena, verte hacer sonar esas castañuelas perfectas que tienes por dientes.
A veces te encuentras en el camino con alguien que jamás hubieras imaginado toparte, alguien que por x o y circunstancia, llegó a tu vida. Alguien que llega a tu vida para tenerte infinita, condenada y encabronadamente feliz.
Yo se que estamos ahí, que estamos aquí y ahora; que no sabemos el porqué y que quisiéramos cambiarlo todo.
Gracias por ser.
Gracias por estar aquí, por hacerme entender que el amor es algo más que una palabra. Gracias por los días vividos, por el llanto y las risas compartidas, por los reproches, por los celos, por las dudas, gracias por tus besos, gracias por existir.
Es tan perfecto y lo perfecto nunca es posible.
Tengo muy presente que esto ya tenia un final desde antes de que empezara, de que un día me iré y tu te irás también; de que a pesar de que queramos que no sea así, las hojas en blanco que nos faltan por escribir dejaran de fusionarse en algún punto, para escribirse solas. Por separado, como un día se escribieron.
Sabemos que tu tienes tus planes y yo los míos y que en esta vida nos toco conocernos y aprender a amarnos, para en otra no muy lejana (de eso estoy segura) vivir plenamente y disfrutar de todo de lo que en esta que llevamos, nos tocó privarnos.
Es raro, muy raro, es algo nuevo que me hace sentir loca; algo que mi encéfalo un poco atrofiado y que mi corazón aún tratan de entender. Algo que no tenía previsto, pero pasó.
La felicidad es esto.
La felicidad son estos pequeños momentos
Por ahora, por siempre solo me queda decir que te amo.
Ya no hay letras, ni palabras, mucho menos pensamientos para vaciar todo esto que se siente adentro. Solo lágrimas, solo sonrisas y uno que otro triste suspiro.
Mientras dure………
Mientras me/te/nos/ dure………
Estoy contigo siempre no lo olvides
te quiero
El miedo es un ingrato al que a fin de cuentas se le va teniendo paciencia, con una posibilidad de terminar aprisionado completamente a sus pies. El miedo es una reliquia comunal y que a la vez no es de nadie, es el pan de cada día, es despertarte por las noches y sentirte observado, el miedo soy yo. El miedo es la luz de la lámpara que dejaste prendida en tu pasillo y que no quieres apagar por no sentirte solo. El miedo es como un regalo de la naturaleza para descubrir la insignificancia de nosotros mismos y aprender a valorar a los demás, el miedo es un vigilante que no espera. El miedo es ese montón de sensaciones que siempre están ahí pero que nadie puede describir. El miedo soy yo en compañía del pasado, y de mí, el miedo es ese grito que se ahoga en la garganta para gritar algo que jamás vas a decir. El miedo es un encantador y malvado que me gusta no se bien porqué. El miedo es entender por fin que no hay mejor sentimiento que el de querer. Es el paso del tiempo que se fue, es dejar de temerle a todo para salir, caminar y temerle a lo que viene. El miedo es el compañero, el de los futuros inciertos, el del camino, el de la búsqueda. El de la soledad.
A fin de cuentas todo da vueltas y se viene a acomodar.
En esta noche tranquila y fría el buen amigo desahogo me vino a abrazar.
Y así fue, como dormí y aprendí.
Por lo pronto y mientras dure dormiré.
Cada vez que oscurece, la locura me abraza la memoria; me cuenta donde estás, cómo te ha ido, me susurra acerca de los lugares que frecuentas y me incita a extrañarte, a saber que ya no eres más, parte de mi.
Cada día me propongo a borrarte una letra, a quitarle centímetros de sentimiento a tus imborrables caricias, a pensarte cada vez menos. Y se que podré.
Rezaré aunque me sangre la boca, y pediré por ti, pediré por nosotros, pediré por mí. Pediré por todo este tiempo que viajamos tan separados sabiéndonos siempre ahí.
Saldré y me pondré mil moños para disfrazar de rojo amor mi melancolía. Después, gritaré, lloraré, reiré, caminaré por lugares aún no explorados, seré feliz. Seré grande, compraré otra planta, aprenderé a cantar, tomaré más agua, hablaré tanto que se me secará la lengua, aprenderé mil cosas, disfrutaré muchas otras; disfrutar/me/te/nos/
Bailar, bailar al compás de mis ganas para sacar todo aquello que me abruma, al ritmo de una lenta y penetrante canción.
Me/te sabes
Para irme de ti no hace falta salir corriendo.
Ni cerrarte la puerta, ni taparme los ojos.
A veces la tarde y sus colores azules
me dicen al oido palabras que reconfortan mi espíritu.
No me bastó uno buen despertar a tu lado,
ni los mil kilómetros que recorrimos juntos,
ni la planta que puse en mi recibidor,
no me bastaron las sonrisas que me regalaste.
No nos bastamos y heme aquí escribiendote una ilusión.
Para irme de mi no hace falta huirle a la vida,
ni llorarme entera. Solo cierro los ojos pienso en ti;
y nos vamos olvidando los dos...
...como se olvida, se fuga y se pierde una tímida gota en medio de la lluvia.
Para tí, Almibaradas caricias para esta noche fria.