Hay días como hoy en los que no debería ni de pararme de la cama, y esperar a que las horas pasaran sin pena ni gloria por el segundero del reloj que hay en mi sala. Hay días como hoy en los que las visitas no son gratas, en que el agua debiera de ser más fría, la comida con menos sal, el calor más fuerte y el aire más helado, días como hoy en los que mi cuarto se recogiera solo y el pelo no se viera tan despeinado. Hay días en los que yo debería de encerrarme y ponerle cerrojo a mis dos grandes puertas, la mente y el alma. Ya ha sido bastante de todo, ya estoy indigestada de dolor, de amor, de todos. Sería más fácil si fuera gato o pez o tal vez mariposa, sería más fácil si fuera libélula; y rondar por ahí sin más ni más. Hoy se extraña todo y a la vez nada. Quisiera ahogarme en un café, en un libro, en mi misma. Me resultan repugnantes los momentos en que estoy así, así como si viviera en una cruda eterna, una cruda de desilusión y no de alcohol precisamente. Quisiera saber porque se siente tan vacío y tan alegre el interior, el porqué de mis heridas abiertas que ya no sangran, ¿será porque ya no tienen nada más que dar?¿porqué ya todo lo dieron? y sin embargo ahí siguen palpitantes como si se hubieran echo ayer. O será que es como dice una amiga, te duele tanto, tanto que ya no sientes, es como una especie de inmunidad. Hoy me dedico a sentir, me dedico a dedicarle a él mis agonías que son suyas. Hoy me concentro en unas cuantas letras, unos cuantos pensamientos vagos, entre las cuatro paredes de mi guarida, de donde desearía salir en mil años, en mil lunas. Hoy se siente todo lo que está lejos; se siente el buen amigo Pablo, se siente el amor, se siente la ilusión, se siente a mi papá. Me siento yo. Hoy hay tanto por decir y poca agilidad en mis dedos para plasmarlo. Hay momentos en los que pienso que todo se debería de transcribir a un papel en el momento en que lo estas pensando o que simplemente las imágenes mentales se quedarán ahí por siempre, porque hay tanto que sientes, que piensas, que al momento de decirlo o querer sacarlo hacen falta palabras. Hoy quiero seguir escribiendo y a la vez no puedo, mi cerebro maquina por ahora más de lo normal y las ideas brotan reborujadas pero lo bastante claras. Me asusto, me impresiono. Y en mi vida siempre hay hasta el momento, una constante … …

Un cálido beso para ti que me sabes tan tuya

Odio esto, odio tener que mencionarte siempre, tenerte presente en cualquier cosa y en cualquier lugar, y sin embargo no puedo hacer nada al respecto. Para estas cosas no hay solución o ya llegará.

Hoy menos que nunca no sabe si reír o llorar