Tuesday, November 22, 2005

Tiene mi boca un grano de arena por cada beso que me has dado y tienen mis poros receptores al roce sensual de tu lengua que corre por mi cuerpo, y quisiera drenarme el tiempo perdido en cada sueño, en cada parpadeo en que no te tengo.
A veces me sorprende la ansiedad de mi cuerpo ante tu ausencia y me sorprende también el efecto que tienes cada que me besas y se nos va el tiempo, el pudor, los pendientes, las ancias.
Ayer desperte con un hilo de tu aliento sobre el mio y me alegró ver una vez más tu silueta imaginaria dibujada sobre mis pechos.

Quedáte en ese rincón donde cada noche vierto estas ansias locas y oníricas de poseerte.

4 comments:

carlosasecas said...

Me da un gusto enorme saber que usted todavía disfrute las dulzuras del romance.

Que le dure harto, pues pareciera que toda esperiencia amorosa (aún no sé por qué) está condenada a terminar en la indiferencia o el rotundo rechazo.

No haga caso de mi amargoso y omitible comentario anterior. Le auguro lo mejor y que esta felicidad nunca se apague.

el hemíptero madrugoso

Akasha Déclenché! said...

Ah, esa supuesta ausencia, quizás no esté la tibieza de un cuerpo pero queda lo etéreo en los labios... y cuando el contacto se da de nuevo, vaya que es el Cielo en la Tierra... en fin, también el horizonte es oscuro.

Como siempre, me agrada tu poesía.

Insondables saludos.

Mujer del traje gris said...

Buen escrito ;)

Verónica R said...

deja vú.. sigues igual de intensa sino que más con esa pasión que te sienta flores"


besos niña, como va , aunque bueno ya leí cómo.. ;)