Y a pesar de que todo sigue hecho bolas aquí, tú aún me sigues esperando al otro lado de mi memoria. Porque aunque me encuentre yo enbolada, de lo único que aún estoy segura, es de ti.
Porque para preservar tu escencia, necesito tus besos, tus brazos y el hueco tímido entre mis piernas.
A veces se siente una angustia por cosas pequeñas, muy aveces.
Pero esas pocas veces y esas pequeñeces, te tumban como ninguna otra.
Aún así, siempre existe ese rayito de sol que sube y baja a diario para calentar mis adentros.
Por ahora trataré de pensar y sentir todo eso bello que me alegra los minutos,
mientras cubro mis manos del frio y disfruto un delicioso café negro, en ese cómodo lugar donde se puede ver y oir a los pajaros cantar.
tu sonrisa y tu piel morena.
Todo ese conjunto mágico que adoro y que aún no se,
si algún día tendré.