Hoy la tarde va lenta, afuera las gotas de lluvia compiten por estrellarse en mis ojos y mi mente, mi mente es un papalote más, deambulando en mis adentros, remontándose y callendo hondo cada vez. Hoy se apaga en mis labios el último sonido de tu nombre, hoy se ahoga en mi boca vacía, la ansiedad lejana de besarte y mis brazos no tienen longitud para abarcar/me esas ganas, esas ganas lacerantes de sentirte.
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en mi cumpleaños, me regaló un adiós.
No sé si es estúpido o si me confirma lo que muchas veces le dije, es el perfecto sádico para mi, pobre masoquista perenne.
Como sea, su adiós me lo dió meses atrás y junto al mío, en mi pecho herido al saberme no creída, sólo logró recordarme el por qué no compaginamos nunca..
él es escritor y yo soy funambulista,
él sabe donde herir y yo no sé permanecer,
él enamoradiso y yo sólo amo una vez eterna
él es él y yo soy ella.
V.
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