Hoy no tengo ganas de masturbarme el pensamiento, no tengo ganas de excitarlo, de hacer que piense en ti; no quiero que te vengas en mis palabras ni me muero en el deseo de nombrarte. Mis vellos adormilados no quieren despertarse y mi lengua no palpita rápidamente como solía hacerlo. Hoy no tengo ganas de hacerle el amor a tu recuerdo ni de mojarme en sudoraciones afligidas por que tú no estás. No quiero que el eco de tu voz encienda las llamas que entreabren las piernas de mi memoria, ni que tus dedos recorran los rincones de mi mente. El éxtasis de tu partida ha aumentado un poco.
Hoy no tengo ganas más que de tocarme para saber en donde no estás.
2 comments:
¡Qué delicia!
Y a propósito... El pensamiento, no. Pero, ¿qué tal algo más?...
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