Wednesday, June 27, 2007
Sunday, June 24, 2007
Sunday, June 10, 2007
El imponente desierto combina bien contigo, fue mágico ese día cálido y frío como tú. El sonido fuerte del aire y el vasto espectáculo que nos ofrecía el cielo, fue suficiente para corroborar la llama que poco a poco enciendes en mí.
Al observar los últimos restos de luna reflejados en tus pequeños y caninos ojos, descubrí que eres mitad hombre y mitad vapor.
Eres callado cual silencio aturdidor y profundo como tu solo.
Aún recuerdo tus rizos negros al despertar, aún recuerdo como combinaba ese azul verdoso del amanecer con tu seca piel morena y como se fundían los olores a cactáceas con tu aroma de hombre maduro.
Bastaron más de dos horas de camino, más de 1000 hectáreas de desierto, más de varios cerros y más de un infinito cielo estrellado para conocerte más, para descubrir un poco más en tu sonrisa de niño juguetón que eres un alma libre y sigilosa encerrada en el tierno cuerpo de un mortal.
Fue indescriptible sentir ese calor, ese sol, esa lejanía que nos ofrecía la naturaleza, esa sensación de soledad y pequeñez; que era alegría al estar compartiendo todo eso a tu lado.
Y esto es sólo el principio, ya dentro de poco, vendrá lo demás.
Recolecta de peyote en Benito Juárez (por Estación Marte) el viernes 8 de junio del 2007