Tiene mi boca un grano de arena por cada beso que me has dado y tienen mis poros receptores al roce sensual de tu lengua que corre por mi cuerpo, y quisiera drenarme el tiempo perdido en cada sueño, en cada parpadeo en que no te tengo.
A veces me sorprende la ansiedad de mi cuerpo ante tu ausencia y me sorprende también el efecto que tienes cada que me besas y se nos va el tiempo, el pudor, los pendientes, las ancias.
Ayer desperte con un hilo de tu aliento sobre el mio y me alegró ver una vez más tu silueta imaginaria dibujada sobre mis pechos.
Quedáte en ese rincón donde cada noche vierto estas ansias locas y oníricas de poseerte.